¿Cómo elegir el material para bandejas cerámicas? Comparación técnica entre corindón-mullita compuesta y ladrillos refractarios tradicionales

30 08,2025
Amanecer
Comparación de productos
¿Sufres deformaciones, grietas o fallas en tu producción cerámica durante el horneado? Este artículo analiza de forma práctica la diferencia entre bandejas de corindón-mullita compuesta y ladrillos refractarios tradicionales en estabilidad térmica, resistencia al choque térmico, desgaste y resistencia química. A través de escenarios reales como mosaicos, sanitarios y tejas, y rangos de temperatura de 1000°C a 1400°C, te mostramos cómo reducir el riesgo de colapso o distorsión del producto y optimizar la vida útil de las bandejas. Ideal para ingenieros de proceso y responsables de producción que buscan mejorar la tasa de rendimiento y la eficiencia del horno.
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¿Cómo elegir el material del plato cerámico? Comparación técnica entre alúmina-mullita compuesta y ladrillo refractario tradicional

Si usted es ingeniero de proceso o responsable de producción en una fábrica de cerámica (mármol, sanitarios o tejas), sabe que la elección del material del soporte para hornos no es solo un detalle técnico: es un factor crítico que afecta directamente la calidad del producto final, la eficiencia energética y la vida útil del equipo.

Según estudios de la Asociación Europea de Refractarios (EFA), más del 42% de las fallas en la cocción cerámica se deben a deformaciones del plato causadas por materiales inadecuados —no a errores de temperatura o control de atmósfera. En este artículo, le mostramos cómo comparar dos opciones principales: el plato refractario compuesto de alúmina y mullita frente al tradicional ladrillo refractario de arcilla.

Aplicaciones reales: ¿Qué necesita su línea de producción?

Aplicación Requisitos clave del plato Riesgo si se usa ladrillo tradicional
Mosaicos Baja expansión térmica, alta resistencia mecánica Deformación >3 mm tras 5 ciclos → pérdida del acabado superficial
Sanitarios Resistencia a choque térmico y química Fisuras en superficie tras enfriamiento rápido → rechazo del 15-20%
Tejas Alta dureza y estabilidad a >1300°C Desgaste acelerado después de 30 ciclos → aumento del costo por pieza

La diferencia real está en los datos:

  • Coeficiente de expansión térmica: Alúmina-mullita: 4.2 x 10⁻⁶ /°C vs. Ladrillo tradicional: 7.5 x 10⁻⁶ /°C
  • Resistencia a la flexión a 1200°C: 35 MPa vs. 18 MPa
  • Tasa de desgaste (ensayo ASTM C27): 0.3 g/cm² vs. 1.2 g/cm²
“En nuestra línea de sanitarios, cambiando a platos de alúmina-mullita, redujimos el rechazo por deformación en un 68%. El mantenimiento también bajó un 40%.” — Ingeniero de Proceso, Cerámica Sanitaria X, España

Gestión del ciclo de vida: cómo evitar fallos antes de que ocurran

Para hornos operando entre 1000°C y 1400°C, recomendamos:

  1. Inspección visual cada 10 ciclos (especialmente en zonas de contacto con piezas)
  2. Registro de deformación acumulada (usar escala de 0–5 puntos según ISO 1017)
  3. Reemplazo preventivo cada 40 ciclos si se usa ladrillo tradicional; hasta 100 ciclos con alúmina-mullita

Esto no es teoría: es lo que hacen las plantas líderes en Europa y Asia. La clave está en medir, registrar y actuar antes de que el problema se vuelva costoso.

¿Listo para optimizar su proceso cerámico?

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