Si tu fábrica produce azulejos, sanitarios o tejas, es probable que ya hayas notado una tendencia preocupante: productos con deformaciones, grietas o incluso colapsos durante el proceso de cocción. No siempre es culpa del material o del control térmico — muchas veces, la causa está en un componente invisible pero crítico: el plato de horno (refractario).
En temperaturas entre 1000°C y 1400°C, los platos de alúmina-cristobalita y mullita compuestos comienzan a mostrar signos de fatiga. Si no se detectan a tiempo, esto puede aumentar tu tasa de desperdicio hasta un 15-20% por lote — lo que equivale a miles de dólares perdidos anuales.
“Desde que implementamos un sistema de registro semanal del estado de nuestros platos, redujimos el rechazo de tejas cerámicas en un 17%. Ahora sabemos exactamente cuándo cambiarlos.”
- Carlos M., Ingeniero de Procesos, Cerámica Albañil S.A. (México)
La buena noticia es que puedes evitar esta situación con acciones simples:
Acción | Frecuencia | Impacto esperado |
---|---|---|
Inspección visual diaria | Diaria | Detección temprana de desgaste |
Registro de uso por plato | Semanal | Mejor gestión de ciclo útil |
Prueba de resistencia térmica cada 50 ciclos | Cada 50 ciclos | Evita fallos en lotes grandes |
Tu planta no necesita más inversión en maquinaria para mejorar la eficiencia — necesita una mejor gestión del mantenimiento predictivo. Y eso empieza con entender cómo se comporta tu plato de horno bajo condiciones reales.
¿Tu plato de horno muestra alguna de estas señales? ¿Has notado que ciertos lotes de cerámica tienen más defectos que otros? Es momento de revisar tu protocolo de control de calidad — porque la solución podría estar justo debajo de tus pies.