En fábricas de cerámica donde los ciclos térmicos son frecuentes —como en hornos de cocción o tratamientos térmicos—, muchos ingenieros y operarios se preguntan por qué las piezas refractarias (especialmente las de cordierita) fallan antes de lo esperado. La respuesta no siempre está en la calidad del material, sino en cómo se maneja el cambio de temperatura.
“Nuestro equipo redujo un 40% las fallas en los soportes de cocción tras aplicar una estrategia de control térmico basada en tasas de calentamiento específicas.” — Juan Martínez, Supervisor de Procesos, Cerámicas Alba, España
La cordierita es conocida por su baja expansión térmica, pero aún así, cambios bruscos entre 1000°C y 1300°C generan tensiones internas acumuladas. Según estudios de laboratorio de la Universidad de Valladolid (2022), una tasa de calentamiento superior a 150°C/hora puede provocar microfisuras invisibles que se convierten en grietas mayores en solo 7–10 ciclos.
| Rango de Temperatura | Tasa Máxima Recomendada | Riesgo de Fallo |
|---|---|---|
| 300–600°C | 100°C/h | Bajo |
| 600–1000°C | 120°C/h | Moderado |
| 1000–1300°C | 150°C/h | Alto |
Esto explica por qué muchas empresas experimentan fallos después de solo 50 ciclos, incluso con materiales certificados. El error más común es ignorar la fase intermedia (600–1000°C), donde el cristal de cordierita empieza a cambiar su estructura interna sin mostrar signos visibles de daño.
Una solución efectiva incluye:
En una planta de cerámica en Valencia, implementar este sistema redujo el costo por ciclo de piezas refractarias en un 30%, además de mejorar la estabilidad del proceso de cocción.
Lo que realmente marca la diferencia no es solo el material, sino cómo se integra en el proceso. Las mejores prácticas combinan selección técnica, formación del personal y monitoreo continuo.
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